domingo, 11 de noviembre de 2007

RELACIÓN CON NUESTROS COLABORADORES


Todos aquellos que contamos con un equipo de colaboradores debemos plantearnos nuestra relación con ellos. En mi opinión no merece mucho la pena plantearse cómo vamos a interactuar en una fase naciente de la relación. Apuesto por el conocimiento integral de los mismos tanto en su faceta profesional como en la humana. Estamos obligados como "Jefes" a hacer un esfuerzo por conocer a aquellas personas que van a cooperar con nosotros: Puntos fuertes, débiles, ambiciones, miedos, frustraciones. Solo de esa manera podremos llegar a una relación sana y productiva 100% para ambas partes. Una vez que llegamos a un grado de conocimiento suficiente podemos comenzar a pensar cómo nos podemos relacionar con ellos. La posición del responsable debe exigirle un esfuerzo por dar un tratamiento personalizado a cada uno de sus colaboradores. En la empresa pleistocénica el pensamiento era el de " como yo tengo el mando, mis trabajadores tienen que adaptarse a mi". La realidad que vivimos marca nuevas maneras de visualizar la posición de un mando, hay que ir más allá de la relación jerárquica y tomar una postura humilde como jefe o responsable. Todos nuestros colaboradores tienen una escala de colores que les hace únicos. Nuestro rol debe ser el de identificar esa escala y proporcionar a nuestro empleado un estilo de dirección adecuado en aras a conseguir el máximo beneficio para ambos. Pongamos un ejemplo: ¿ De que nos serviría encargar la confección de una compleja base de datos a una persona que tiene conocimientos muy básicos de access?. Está claro que nuestro grupo de colaboradores tiene que tener unas directrices globales como equipo de trabajo pero ello no nos debe llevar a abandonar nuestra relación individual con ellos ya que esa relación bien gestionada proporcionará excelsos beneficios al grupo y al equipo.


Para ello os aporto unos puntos que estimo interesantes:

- Respetar unos principios y unos parámetros generales. Como responsables tenemos que tener un trato global con el grupo. Este debe regirse por una serie de principios que tienen que darnos un sello identitario por el que nuestros colaboradores puedan identificarnos. Serían los cimientos de nuestro edificio; con una estructura sólida y cimentada que nos marque como responsables estaremos preparados para afrontar la relación personal cada uno de nuestros colaboradores. Si no respetamos esa parte de generalidad podríamos dar la impresión de ser personas diferentes en función del colaborador con el que interactuáramos.


- Interés ultraísta por cada uno de nuestros colaboradores. Cuando hablo de ultraísta me refiero a ir más allá de esa persona como trabajador, debemos interesarnos por él en si. Si tiene hijos podemos preguntarle por ellos, si sabemos que tiene un familiar enfermo deberíamos interesarnos por la situación del mismo. Nuestro colaborador ha de vernos como una PERSONA, no como un simple jefe.

- Humildad. Entender que somos responsables de una estructura pero intentar que no se nos note mucho.

- Normalidad. Debemos ser uno más en el equipo. Entendamos que el ser responsable es algo coyuntural y que es posible que algún día uno de nuestros colaboradores pueda llegar a ser nuestro responsable.

- Compensador de masas. Debemos intentar parecernos a la famosa pieza del R26 llamada Mass Dumper ( compensador de masas ). Debemos compensar la fuerza de nuestro equipo y dar a cada uno el rol en el que más fortaleza demuestre. Con ello conseguiremos un buen engranaje ya que los perfectos engranajes no existen.

- Camaleón. Seamos únicos para cada una de las personas que gestionamos. Intentemos adaptarnos a ellos y no que ellos se adapten siempre a nosotros.


- Sinceridad. Basemos nuestra relación en la sinceridad con nuestros colaboradores. La experiencia acumulada me dice que una de las cosas que más puede hacer a un empleado entrar en barrena es la falta de sinceridad en sus diversas modalidades: Promesas no cumplidas, generación de expectativas no realistas.


- Educación y Cortesía. Demos las gracias, pidamos las cosas por favor, mantengamos una relación cordial con nuestros colaboradores basada en las formas y en la educación. Mi superioridad jerárquica no me obliga a ser mal educado ni a tener un comportamiento despótico. el respeto no se gana por gritar ni por realizar alardes de cara a la galería.


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