jueves, 7 de enero de 2010

UNA EXCEPCIÓN ATLÉTICA

Dentro de este blog dedicado a cuestiones de RRHH voy a hacer una excepción con un post que publicó el Maestro Antoni Daimiel en su blog. Aquí os lo dejo, feliz 2010 a todos:

Henry Cherry (Cherry Tree) era un señor de pelo blanco y traje oscuro. Un gran empresario para sus negocios personales pero un personaje avaro y tacaño para la importante sociedad que presidía, una sociedad que era dueña de sueños y desvelos de centenares de miles de personas. Henry Cherry (Cherry Tree) no celebraba la Navidad, no realizaba un balance del año que acababa, no hacía propósito de enmienda ni planes de prosperidad para el año nuevo. Una aventura solitaria, una vida arisca, rompedora de sueños. Tal día como hoy, un 23 de Diciembre, Henry Cherry (Cherry Tree) recibió la visita de tres espíritus de la Navidad. El primero, el Espíritu del Pasado, le mostró una vida de cine salpicada con nueve ligas, nueve copas, una recopa y una intercontinental. El Espíritu del Presente le contó que veía a otras sociedades viviendo la Navidad con diferentes ilusiones, unos más pobres y otros más ricos pero todos con dignidad y proyectos. Le enseñó cómo empleados que fueron suyos y ya no lo eran celebraban el no serlo y volvían a estar justamente reconocidos. El Espíritu del Futuro, mudo y sombrío, le reveló el destino de los avaros, su empresa saqueada por sus propios damnificados y la propia huída de Henry Cherry (Cherry Tree) con la devaluación y venta de sus acciones.

Henry se horrorizó y le gritó a este último espíritu que iba a cambiar, que sería generoso y que abandonaría la sociedad por el bien de la mayoría. Todo era una pesadilla. Henry Cherry (Cherry Tree), sobre un colchón a rayas, descuelga el teléfono y ordena contratar a cinco nuevos empleados en el mercado de invierno antes de impulsar y firmar con orgullo y redención la venta de la sociedad a tres jeques llegados de Oriente cargados de oro, incienso y mirra.


Antoni Daimiel www.blogs.plus.es/daimiel/

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